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Adultos, niños y adolescentes

 

  • El trabajo está destinado fundamentalmente a los adultos, abordando asuntos relacionados con conflictos familiares, de pareja, dificultades profesionales, de salud, ansiedad, problemas psicosomáticos... etc.

 

  • Los menores, en muchas ocasiones, reflejan con su comportamiento disfuncional los problemas de los padres de tal modo que en estos casos, al cambiar  los padres su comprensión y actitud ante el problema, el menor suele cambiar su conducta casi de modo automático, sin que sea necesario trabajar directamente con él, salvo de modo ocasional. En cualquier caso, el trabajo con los padres es imprescindible pues son los principales agentes de cambio. Respecto al menor, diferenciaremos si se trata de niños o adolescentes.

  • Si se trata de niños, será necesario tener en cuenta la naturaleza del problema concreto y momento de desarrollo del niño, para decidir si trabajar sólo con los adultos o también con el menor. Si es suficiente el trabajo con los padres, trataremos de evitar el paso del niño por la consulta.
     

  • En el caso de adolescentes (problemas de rendimiento escolar, actitudes desafiantes, conductas disruptivas...) puede ser recomendable en algunos casos incluir el trabajo directo con el adolescente, durante un tiempo limitado y siempre que se haya trabajado como en los demás casos, previamente con los padres.

Reseña de Manuel Goizueta López:

 

  • Graduado en Psicología por la UNED.

  • Licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza.

  • Funcionario de carrera del Cuerpo Facultativo Superior de Especialistas Psicólogos de la Diputación General de Aragón.

  • Psicólogo del Servicio Especializado de Menores (destino anterior en Instituto de Medicina Legal de Aragón).

  • Máster en Psicología General Sanitaria.

  • Máster en Mediación y Gestión del Conflicto.

  • Especialista en Constelaciones Familiares por el INSCONSFA.

Psicólogo Zaragoza
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